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Ana Tijoux: jazz y rap para sentirse libre

El domingo 24 al mediodía fue el turno de la chilena Ana Tijoux para subir a escena en el Teatro La Latina. El show de la rapera fue una gran celebración de estas misas dominicales que nos propone el ciclo Madrid Brillante desde diciembre hasta febrero. 

A pocos metros de la explosión del miércoles, hubo un nuevo estallido este domingo. Unoagradable esta vez. Ana propuso un show vibrante desde sus rimas que versan sobre la lucha de los pueblos y la libertad de la opresión. Apoyándose en la enorme calidad de su banda con impronta jazzera. Sus compañeros de show fueron Tomas Fosch en teclados, Gloria Maurel en batería, Emilio Martín en bajo y Carlos Sarduy en percusión y trompeta.

 

La chilena eligió empezar el show con una demostración de talento vocal e instrumental con “Arriba quemando el sol”. Dejando en claro que las melodías más tranquilas se le dan igual de bien que la euforia. Después sacó a pasear su flow para prender todo “Vengo” y “Shock”.

La alegría de la vuelta a los escenarios la hizo dialogar mucho con el público, encontrando en la platea un ida y vuelta con Susana, una fan con la que conversó a los gritos a lo largo de la hora y media de show. “Como traduzco “Wachita” ¿Chiquilla?”, bromeo en la traducción de español chileno al castellano madrileño.

 

Para “1977” realizó una pequeña introducción explicando el origen de su canción, comentando la forma en la que fue criada por un padre comunista en un Chile que abrazaba otras ideas. Esta interpretación se movió en un registro jazzero, pensado para un público obligado a estar sentado. Esto permitió jugar más con el free style por partes y tener un breve intercambio de estilo bebop con su audiencia. 

Después del homenaje a Victor Jara con la interpretación de Luchin llegó el tramo más explosivo del show. Un bloque que juntó “Cacerolazo”, “Antifa Dance”, “Pa que” y “Somos Sur”. Esta última liberó las ganas contenidas del público de bailar. En muchos sectores del teatro la gente comenzó a pararse para saltar, algo que fue rápidamente contenido por la seguridad del teatro.

 

Hubo una pausa para pasar a los bises. Estos empezaron con una improvisación sobre la base propuesta por Tomás Fosch y la frase “viva el feminismo” sugerida por Susana. Antes de despedirse nos dejó dos reflexiones. Primero pidió por una reforma constitucional en Chile que abarque todos los sectores de la sociedad, no solamente los tradicionales. Después saludo a todos los que forman parte del ámbito cultural y concluyó entre risas: “esto nos demuestra nuevamente que al capitalismo la cultura no le importa”.