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M Clan en La Riviera: un concierto salvaje con pasos de equilibrista [Crónica + Galería]

La respuesta a la pregunta de si 30 años en el mundo de la música son muchos o pocos, depende del ojo con que sea analizada. Para algunos, supondrán un breve pestañeo, mientras que, para otros, es sinónimo de muchos momentos (quizás demasiados) de grabaciones, conciertos y mucha, mucha carretera. 2023 será el año en el que M Clan cumpla tres décadas encima de los escenarios. Se dice pronto. Un periodo de tiempo en el que, tanto Carlos Tarque como Ricardo Ruipérez, se han atrevido a coquetear con el blues, el rock and roll más clásico y hasta con el pop- rock. No está de más recordar el cañón que supusieron sus dos primeros discos: ‘Un buen momento’ y ‘Coliseum’. Disparos directos al corazón en forma de ese rock sureño que invita a coger el coche y sumar kilómetros al contador.


Tarque y compañía hicieron acto de presencia en la noche del jueves en la mítica sala La Riviera. Una noche lluviosa y desapetecible. Sin embargo, el sold out estaba más que asegurado, cuando se agotaron las entradas con más de un mes y medio de antelación. Vestido con una chaqueta de color dorado y acompañado por sus fieles escuderos, el frontman nacido en Santiago de Chile encendió la mecha con el tema titulado Grupos Americanos. Todo parecía estar preparado para una velada de puro rock.

Un ligero traspié propiciado por la iluminación no fue impedimento para que la banda derrochara un directo muy trabajado, posiblemente potenciado por la amplia experiencia sobre las tablas. Y, de nuevo, es digno de destacar al bueno de Carlos Tarque: puede gustar más o menos su música, pero lo que resulta incuestionable es su notable papel de líder de la banda. Al fin y al cabo, lo que se le pide a un frontman es actitud y descaro. Y el músico criado en Murcia atesora dichas dotes con un talento inusitado.


Acto seguido de Llamando a la tierra, el ya habitual cover de The Steve Miller Band, llegó el que para este cronista fue la mejor canción de todo el concierto: Perdido en la ciudad, perteneciente al primer trabajo discográfico del grupo. El hecho de que el resto del setlist no incluyera ningún otro tema incluido en los dos primeros discos, aquellos más cercanos al rock americano, no quiere decir que se asistiera a un bolo de rock suave y cercano a las radiofórmulas. Más bien todo lo contrario. Canciones como Souvenir o Miedo son historia de la música nacional, le pese a quien le pese. Y en concierto suenan de forma muy digna, que no es poco.

Prácticamente todo se guardó para el encore. En primer lugar, sonó Quédate a dormir para que, acto seguido, fuera interpretada Maggie Despierta, esa versión de Rod Stewart que hace olvidar la locura de los meses de verano. La culminación de toda esta historia, el punto y final, vino de la mano de los gritos del respetable para que la dulce niña Carolina asistiera una noche más a otro concierto de su banda favorita. Y ya van unos cuantos.


Concierto salvaje cerró una noche en la que nadie quedó indiferente. La fórmula parece sencilla para cumplir 30 años en el complicado mundillo de la música: chulería, desparpajo y mucho rock. Ahora bien, muy pocos pueden llevar tales actitudes hasta conseguir un grupo que ha sabido como nadie hacer oídos sordos a las críticas y hacer lo que les venga en gana. Ni más ni menos. Se lo han ganado, ¿no?

Texto: Mario DJM