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The 1975 en el WiZink Center [Crónica]

“Aquel momento en el que tembló el tiempo”

Con su puntualidad inglesa, The 1975 bajó el telón del WiZink Center de Madrid a las 21:02, inaugurando su primera y única fecha (de momento) en España de este 2024. Aunque más que una banda de pop, su plantel por numerosidad podría formar la convocatoria de los más competitivos equipos de fútbol. Entre los ocho músicos y todo el equipo técnico necesario para llevar a cabo su espectáculo, cuentan con grandes profesionales en cada una de las áreas correspondientes.

En momentos en los que uno se sienta a solas, con un whiskey on the rocks, un cigarrillo industrial, y mira al techo, a veces piensa. Siendo realistas, uno no siempre es consciente de su existencia como ente, los automatismos de la rutina llevan al usuario a manejarse sin pensar. Sin embargo, diría que hay dos momentos en la vida de todas las personas, en las que sienten el peso de su lugar en el mundo;

El primero, cuando te rompen el corazón. No hay nada más amargo que desamor con café, percibir final en aquello que teorizaste eterno. Notas la presión del universo en tus hombros, recuerdas cada decisión, SIENTES.

El segundo, al estar en un concierto de aquella banda a la que realmente le debes algo. Sus canciones se clavan como puñales en todo tu ser físico, además de los evidentes e inevitables codazos de los demás asistentes. Por otro lado, recuerdas esos momentos en los que la música te acompañó en el camino, evocas la canción que sonaba aquel día, aprecias el preciso momento que estás viviendo. Escuchas Oh Caroline y de repente todo está un poco mejor.

Y si para ser simples y poner un solo adjetivo a la velada, quizás emocionante es la palabra. Con un setlist lleno de sus canciones más sentimentales, el WiZink fue un mar de emotividad. Parejas bailando, gente llorando, saltando, una noche en la que todos pueden ser quienes quieran ser, y no tener que preocuparse de nada más que de disfrutar la experiencia. Están acompañados, el grupo hace que sientas la proximidad del momento y como bien dicen When we are together:

The only time I feel it might get better is when we are together”

The 1975 es una experiencia completa, con una muy cuidada escenografía, útil en todos los casos, y donde nada está ahí por casualidad. Un sonido mayoritariamente muy nítido donde todos los instrumentos son percibidos. Todo digno de una buena obra de teatro, con sus tres actos, diseñados por Matty y Tobyas Rylander.

Llegue a mi butaca con unas expectativas muy altas en cuanto al show y no sé cómo explicarlo, pero fueron más que superadas. Quizás hay varios momentos que se quedan grabados en la retina, y sin duda uno de ellos es ver a Matty al borde del “abismo”, sentado en el tejado durante Me. Una de las tantas imágenes tan poderosas que ofrece a la audiencia, haciendo obviamente una mención honorífica al momento en el que se enciende un cigarrillo a la vez que canta, toca el piano y sostiene una guitarra en When we are together. Y sin olvidarme de About you y los papelitos azules que repartieron para crear “un momento mágico” con las linternas.

Pero para ser justos, quién se robó todas las miradas, y también mis créditos es Polly Money, quién además de masterizar el teclado y ambas guitarras, realizó unos coros angelicales durante toda la noche. Sin olvidar a John Waugh Y es que The 1975 siguen at their very best.  El tiempo no se detiene, pero si una banda es capaz de lograrlo fueron ellos, al tocar The Sound logrando que tiemble todo el graderío del recinto con los saltos de miles de personas.

La noche fue mágica, y creo que pocas veces había disfrutado tanto un concierto viendo a las personas a mi alrededor tan llenas de emoción. Y es que efectivamente, el tiempo no para, pero noches de este estilo en las que eres capaz de dejar toda tu vida en la entrada, y simplemente ser dentro del concierto, son las que jamás vas a olvidar. El mundo sigue girando, y los técnicos no paran de hacer su trabajo mientras la banda toca sus canciones, y como bien decía Ghost en Respite on the Spitalfields:

“Nothing ever lasts forever, we will go softly into the night”

Nada es eterno, y eso está bien, gracias a ello somos capaces de apreciar estos momentos, y darles una vida con dignidad dentro de nuestras cabezas. De momento la banda seguirá girando por Europa, y si no has tenido la oportunidad, te recomiendo encarecidamente que los escuches y que siempre que te lo puedas permitir, los veas en directo. No te van a decepcionar.

Para concluir, os dejo con esta cita de Cinema Paradiso (1988):

Cada uno de nosotros tiene una estrella que ha de seguir. Márchate, esta tierra está maldita… la vida no es como la has visto en el cine, la vida es más difícil. ¡Márchate!, eres joven, el mundo es tuyo, yo ya soy viejo, no quiero oírte más, solo quiero oír hablar de ti… Hagas lo que hagas, ámalo…”.

Escribo sobre aquellos que me emocionan